Los de Regulación del Aparcamiento, el nuevo impuesto que se inventó el alcalde Gallardón y que tanto éxito tuvo en saquear nuestros bolsillos, pasan de forma olímpica de la ley. Paran donde les da la gana y recogen el dinero que nos han quitado de las máquinas. Aquí vemos su coche en la esquina, donde está prohibido aparcar porque sus amigos los guardias de tráfico no les van a multar por ello. El rigor de la ley es sólo para nosotros, los pagadores.