Madrid, zona de combate. Los que se dicen anti-fascistas destrozan el barrio cuando les place. Destruyen los cubos de reciclado, arrasan los coches que no duermen en garajes, atacan con pinturas los balcones de los vecinos. Aullan, saquean, no son vecinos del barrio, es sólo su zona de correrías.
Un ejemplo de una de las barbaridades: Trescientos encapuchados iniciaron los disturbios, cruzaron coches, incendiaron papeleras y contenedores de basura y lanzaron piedras y botellas contra la policía: cinco manifestantes y siete policías heridos. Doce coches fueron destruidos, seis comercios, dos cajeros automáticos incendidados, bancos arrancados del suelo... A los encapuchados les requisaron bombas incendiarias, cadenas, piedras y aerosoles químicos agresivos. Los detenidos tienen domicilio en Rivas-Vaciamadrid y Getafe, bastantes han sido arrestados anteriormente y tienen antecedentes por incendio intencionado, atentado a la propiedad ajena y robos con intimidación a los vecinos. Los bárbaros siguieron tácticas de violencia similares a los proetarras.
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