Cuando pierdan las elecciones nos dirán: "Adiós, Madrid, que me voy y te quedas sin gente". Ya lo han hecho antes, como ocurrió con Trini Jiménez cuando la derrotaron para la Alcaldía de Madrid. A estos que aparecen, gritan y desaparecen les quiero contar una historia.
La hermana Josefina vive en el norte de España. Había sido generala de su Orden y ahora es, pues existe, la portera que atiende las visitas en el torno monacal y barre la entrada. Su entusiasmo, en un puesto brillante y en otro aparentemente más servil, corresponde a su fe y es, exactamente, el mismo espíritu de servicio y la misma alegría las que aplica la hermana portera Josefina que las que tenía la hermana generala Josefina.