Es curioso cómo la crisis sirve de justificante general para todos. Ahora el alcalde de Madrid y su acólito echan la culpa de haber perdido más de cien mil votos a la crisis. Ellos no han hecho nada mal, no han cabreado a miles de madrileños, la culpa es de la crisis, del chachachá, vamos.
Aquí no asume nadie su responsabilidad: ni Gallardón en el Ayuntamiento ni Tomás Gómez en la comunidad.